jueves, 7 de abril de 2011

El piano - Capítulo XIII "El diario"

Ya en mi habitación, volqué el interior de la bolsa encima de mi cama. Con los brazos alrededor de mi cintura observé detenidamente cada uno de los objetos que se encontraban desperdigados. Recuerdos en una bolsa.... Si lo hubiera sabido podría haber incluido en ella todos los que durante semanas han estado arrancándome lágrimas imposibles de contener, dejando mi rostro con una humedad reseca incrustándose en mis poros que, asfixiados, clamaban por sobrevivir ahogados de tanta desdicha.

Resultaba bastante doloroso tener delante de mí todo aquello. Parecía como un naufragio que llegaba hasta la orilla de mi almohada esperando a ser rescatado por alguien. Afortunadamente había objetos que eran desconocidos para mí, y parecía que contemplarlos aliviaba mi dolor así que instintivamente decidí centrarme en ellos.

Acercándome hacia mi cama cogí una especie de agenda de cuero que estaba algo deteriorada por un lado. Tenía como una especie de soporte metálico que la cerraba aunque ahora estaba abierto. La abrí de forma aleatoria y me encontré con que había párrafos escritos con la letra de mi padre. El pulso se me aceleró y, tomando asiento con las piernas cruzadas sobre la alfombra de mi habitación, comencé a leer:

“Lo he intentado de muchas maneras pero me ha sido imposible. Los datos que constan en el Juzgado de Londres son insuficientes y no muy claros. Cada vez que creo que me estoy acercando más, finalmente siempre encuentro algún obstáculo que me impide seguir hacia delante...como si hubiese una mano detrás que está haciendo todo lo posible por alejarme de mi empeño...”

Fruncí el ceño y comencé a pasar otras páginas deteniéndome en un dibujo que estaba garabateado en un margen con un texto que decía así:

“No fue muy complicado encontrar el símbolo del anillo, me preocupa más a que corresponde y el porqué mi madre me lo regaló como algo tan preciado...”

No podía creerlo. Todo aquello que mi padre había callado durante años sobre su madre, su pasado, todo...estaba allí...era su diario!! Lo cerré y lo abracé con fuerza contra mi pecho. Estaba deseosa de leerlo pero a la vez, tenía algo de miedo ya que algo me decía que lo que iba a encontrar podría ser que no me gustara...

9 comentarios:

  1. Coño pues leelo, no nos dejes así venga espabila, sigueeeeeeee

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  2. ya te digo, tenías que haber escaneo ese diario y pasarnos el PDF!! :P

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  3. Si algunos recuerdos pudieran realmente meterse en una bolsa y poder hacer algo con ellos, aunque fuera reciclarlos, que avance sería.

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  4. no podrás evitarlo

    esa tentación es imposible de hacer. lee

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  5. Un diario abre todo un mundo de posibilidades. Vamos, vamos.

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  6. ahora si ya entre en la historia!! Si tu no lo puedes leer, pasamelo, yo lo leo por ti :)

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  7. Pasé a ecxhar un ratito de lectura y a desearte un buen fin de semana.

    Saludos y un abrazo.

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  8. Ains... ¿y lo dejas justo ahí??? :-)

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