martes, 5 de abril de 2011

Tango Animation



"Nada es imposible cuando la imaginación se instrumenta
con acordes que solo el amor conoce"

domingo, 3 de abril de 2011

Nunca me abandones

Basada en la reputada novela homónima de Kazuo Ishiguro. Un grupo de niños convive en un selecto internado porque han sido creados en laboratorios para ser potenciales donantes de órganos. Su figuración en el mundo debe ser secundaria: son seres humanos de repuesto, personas de segunda entregadas a un destino servil y trágico.

Resulta bastante poco creíble esta historia pero si nos adentramos en internet, podemos encontrar numerosos artículo y estudios que aseguran que el tráfico de organos humanos existe. Yo personalmente pienso que es un echo totalmente posible y desgraciadamente poco controlado y denunciado.

El comercio de órganos ocurre sobre todo en países en los que coexisten minorías bien acomodadas con mayorías pobres, con marcadas diferencias entre ambas, con un alto grado de injusticia social, sin leyes que regulen la práctica de los trasplantes y en países en los que no existe la injerencia del estado en el control de la actividad trasplantadora.

Principalmente existía en la India, país al que viajaban numerosos pacientes ricos de Alemania y sobre todo Italia para trasplantarse en condiciones nada seguras y sin las más mínimas garantías, con riñones comprados de personas extremadamente pobres. Ha sido también frecuente en Filipinas, Hong Kong y la China, países en los que los pobres venden un riñón por solo mil dólares a ricos procedentes principalmente del Japón.

En menor grado también existe en muchos países del norte de África y sobre todo en Egipto, en los que con frecuencia en la prensa se leen anuncios de oferta de riñones por parte de personas desesperadas por la pobreza, beneficiando a ricos desesperados por seguir viviendo. En algunos países de América Latina, como Bolivia, en los que coexiste la extrema pobreza con la injusticia social y la falta de atención por parte del estado para cubrir las necesidades básicas de la población, incluyendo el tratamiento dialítico para sustituir la función renal perdida, los ricos también publican anuncios en la prensa solicitando riñones que son ofertados por personas agobiadas por la pobreza. Y de la misma manera, estas personas desesperadas por satisfacer alguna necesidad básica con dinero, publican anuncios en la prensa bajo el título de "Dono Riñón" tratándose en la realidad de la oferta de un riñón para la venta.



Una trama poco usual para una película. Me sorprendió bastante no esperaba ese contenido.




Solo que da algo de tristeza y de impotencia pero tampoco podría decir que eso sea algo negativo para un film.



jueves, 31 de marzo de 2011

El piano - Capítulo XII "Llamada misteriosa"

De vuelta en la oficina por la tarde, Raúl comenzó a estructurar su agenda para su viaje a España junto con su secretario. Le gustaba contactar con posibles compradores de piezas que estaban en su poder, así como localizar aquellas adquisiciones que podían resultar rentables para la empresa.

Eligió además del piano, una figura griega en mármol blanco y una puerta de madera árabe para llevar a clientes que sabía de su interés con antelación por esas piezas para ser entregadas en la misma ciudad en la que vivía la señorita Gabriela.

Sevilla... Siempre le gustaba visitar aquella preciosa y encantadora ciudad. Había estado ya un par de veces y, a pesar de haber viajado por diferentes rincones de todo el mundo, era uno de sus preferidos. Todavía recordaba la de veces que había caminado por las calles del llamado Barrio Santa Cruz y como fue su visita a los Reales Alcáceres. Eligió su alojamiento como siempre en el hotel Alfonso XII, siendo el más caro pero el mejor sin lugar a dudas. El se lo podía permitir...

Escuchó como sonó el teléfono en la mesa de Steven, y unos segundos después recibió el “bip” que le indicaba que era una llamada para el:

- Dime Steven.

- Sr. Sanders tiene una llamada de un tal Señor Benger Klein. Dice que ya ha hablado con usted hace unos días.

Raúl se sorprendió, era la misma persona que efectivamente días atrás le había localizado para ofrecerle el doble sobre el piano de Gabriela.

- Sr. Sanders? le paso la llamada o le indico que está usted ocupado.

- No, no. Pásala... – se escuchó un “clic” y entonces habló- Digame?

- Buenas tardes Señor Sanders. Al habla Benger Klein. Disculpe que le llame de nuevo pero tengo que hacerle otra oferta sumamente interesante sobre aquel piano que hablamos – dijo con una voz intensa y con un acento que denotaba que su lengua natal no era el inglés.

- Si le recuerdo perfectamente, pero ya le comenté que ese piano está ya vendido, de hecho ya estamos preparando su traslado para posiblemente la próxima semana. Quizás le interese otro modelo, disponemos de otros pianos y clavecines también muy interesantes y de una conservación exquisita.

- No me ha entendido... Solo estoy interesado en ese piano. Podría ser una herencia familiar que por algún motivo fue vendido en su momento y me gustaría recuperarlo... Por eso triplicaría su precio, si usted me lo permite.

- El que no lo ha entendido es usted Sr. Klein- realmente empezaba a sentirse bastante molesto con la llamada, y mucho más, que alguien pensara que por pagar más dinero iba a conseguir todo lo que quisiera aunque fuese un pianos del siglo... Raul lo había visto muchas veces en su vida. Como personajes adinerados, utilizaban su solvencia económica para conseguir todo tipo de favores. Pero el no era así – El piano no está en venta, así que por favor si usted no está interesado en ninguna otra pieza, amablemente le diré que estoy bastante ocupado y he de terminar algunas cuestiones importantes, así que permítame pasarle de nuevo con mi secretario si necesita cualquier otra cosa o si no esta conversación termina ahora mismo.

- No gracias. Buenas tardes.

- Buenas tardes – contestó Raul y colgó el auricular.

En verdad estaba bastante intrigado por tanta insistencia por ese piano. Recordó de nuevo que esa pieza, junto con otras, habían estado guardadas durante mucho tiempo sin ser llevadas a subasta. Cuando el las descubrió, se encontraban en un pequeño almacén del que aún pagaban alquiler. El pensaba que era algún trastero de sus padres pero cuando vio que eran piezas, algunas de ellas, en buen estado para subastas, no lo dudó un momento y las desalojó todas para proceder a su valoración y posible restauración. Ni siquiera se lo comentó a su padre pero ahora, igual debía tener una conversación con el al respecto. Quizás había una explicación sobre la existencia de ese almacén y sobre todo si el sabría como ese piano había llegado hasta ellos.

lunes, 28 de marzo de 2011

Doll Face



Despierto...frío...siento las articulaciones que se mueven a la vez que agujas parecen que se claven en cada músculo de mi cuerpo?...Abro los ojos...una inmensa oleada de información llena mi mente confusa con datos, números y sucesos... Intento incorporarme. No puedo... Miles de imágenes muestran lo que tuve y no tengo. Ahora recuerdo... elegir entre dejar de latir o seguir latiendo. Mejor la primera opción aunque conlleve mutilar sentimientos y miembros... Levanto mi brazo de metal...Intento llorar, no puedo... Muerte? No...sobrevivo... aunque algunas partes de mi hayan sido desmembradas y anexadas cual muñeca de trapo rota y desmejorada... Ese rostro... mi rostro? Dejadme volver a lo que fui!! Acaso mi corazón no merece un segundo intento??? Muerte?? si... muero...

domingo, 27 de marzo de 2011

La soledad de los números primos - Paolo Giordano

Como introducción a esta excepcional novela, dejemos al texto hablar por sí mismo: «En una clase de primer curso Mattia había estudiado que entre los números primos hay algunos aún más especiales. Los matemáticos los llaman números primos gemelos: son parejas de números primos que están juntos, o mejor dicho, casi juntos, pues entre ellos media siempre un número par que los impide tocarse de verdad. Números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43. Mattia pensaba que Alice y él eran así, dos primos gemelos, solos y perdidos, juntos pero no lo bastante para tocarse de verdad.»

La soledad de los números primos es la historia dos seres que, a pesar de llevar vidas paralelas, marcadas por tipologías de idéntico carácter, muy aptos para una convivencia en común, hay una repulsión visceral, sin motivo aparente entre ellos. Alice es una chiquilla agobiada por las exigencias de su padre y que, en una excursión para hacer deporte esquiando, se deja caer por cierta senda en la que queda postrada esperando su final entre las nieves alejadas de toda visión. Mattia es un chiquillo con una hermana gemela, Michelle, que padece ciertos retrasos mentales. La vergüenza y aislamiento al que le someten sus compañeros de clase debido a su hermana le hacen tomar una decisión que le marcará toda su vida: la abandona en un banco al lado de un río en un bosque que, aun cercano a la casa, bien sabe que ella no sabrá volver sola. Estas actitudes de los dos niños, con el paso de los años, les sumergirán en unos caminos antisociales y de automarginación.

viernes, 25 de marzo de 2011

El piano - Capítulo XI "Recuerdos de adolescencia"



Conduciendo de regreso a casa, comencé a recordar aquella vez en la que tomé la decisión de decirle a mi padre que quería dejar las clases de piano. Por aquel entonces tenía 14 años y era fan de un grupo de chicos que más que cantar, gritaban, por lo que tocar música clásica era para mí, según entendía entonces, todo lo contrario a lo moderno y “a la moda”. Claro que entonces no me daba cuenta de lo que yo misma disfrutaba tocando el piano y como adoraba a los clásicos.

Mi padre se enfureció y gritó tachándome de desagradecida. Nunca antes me había hablado de esa forma, por lo que me di cuenta de la importancia que tenía para él que siguiera con mis clases de piano. Lloré muchísimo, más por haber disgustado a mi padre, que por el hecho en sí de tener que seguir tocando. Mi madre, como siempre conciliadora, me tomó de la mano y me llevó al salón donde teníamos un viejo piano que un vecino ya mayor, nos había dejado para que yo pudiese practicar en casa. Sacó un pañuelo, enjugó mis lágrimas y sonriéndome me dijo:

- Elige tu favorita, la que más te guste y tócala... Luego te haré una pregunta.

Algo confusa y sin poder decir nada por el nudo que aún estaba en mi garganta, asentí con la cabeza y coloqué mis manos sobre el teclado. Mis dedos comenzaron a moverse fluyendo las notas que serenaron mi cuerpo. Cerré los ojos, no me hacía falta tenerlos abiertos para tocar aquella pieza. Entonces sonreí y, al abrir los ojos de nuevo, me encontré con la mirada de mi madre que a su vez también me sonreía. Puso una mano en mi hombro y ya no hizo falta que me hiciera ninguna pregunta puesto que sabía la respuesta...

- Sí mamá...adoro tocar el piano...

Al llegar a casa lo primero que hice fue dirigirme hacia el dormitorio de mis padres. La última vez que entré, fue para dejar una bolsa de plástico negra encima de la cama e inmediatamente salir sin tan siquiera mirar en su interior...

Abrí la puerta intentando tener el pulso lo más firme posible aunque me dí cuenta que mi mano temblaba. Junté las dos manos y respiré profundamente antes de dar un paso al interior de la habitación. Como las ventanas estaban cerradas y las persianas echadas, solo podía distinguir la silueta de los muebles, aun así, numerosos recuerdos se agolparon en mi cabeza como si se metieran todos de una vez dentro de una coctelera y estuviera a punto de pulsar el botón de encendido para salir corriendo y destrozarlos con las cuchillas de la ignorancia.

Encima de la cama, distinguí lo que había venido a buscar. Di unos pasos más, era como si estuviera midiendo la distancia, no más de la necesaria, para alargar mi brazo y poder coger aquella bolsa. Eso hice, la agarré con fuerza para acercarla a mi pecho mientras sentía como si un peso arqueara mi espalda. Giré sobre mis talones y como un autómata, recorrí el poco espacio que me distaba del pasillo cerrando la puerta con un portazo que me pareció de lo más doliente. No sé porque lo hice pero me volví y, sosteniendo la bolsa con una mano, coloqué la otra sobre la puerta y susurré “lo siento”.

Música: Chilhood -Yann Tiersen

miércoles, 23 de marzo de 2011

Oktapodi...




"Si las ventosas hablaran..." - Dijo la "pulpa" al pulpo...