El piano - Capítulo VII "Café y croissants"

- Al menos tiene un hombre hermoso...Gabriela..pero...¿y si es una chica horrible, paleta y que usará el piano de mueble para el televisor?

Antuan era el típico francés trajeado con un pequeño bigote y modales refinados. A pesar de ser todo lo opuesto a Raúl en muchos aspectos, ambos habían establecido una amistad basada no sólo en el trabajo, sino también en la pasión que ambos sentían por el arte en general. En algunas ocasiones habían compartido viajes para visitar exposiciones importantes por todo el mundo. A pesar de no ser muy agraciado físicamente, su fama con las mujeres era muy conocida. Parecía que ese acento francés, que aún conservaba, era la clave para sus conquistas. O al menos eso pensaba Raúl.

- Antuan por favor no empieces. Además aun no tengo decidido si voy a ir o no a España – Raúl estaba empezando a arrepentirse de haberle comentado a su amigo su posible viaje a España.

- Oh oui! ya lo has decidido!!! te conozco...y tienes el mismo brillo en los ojos que cuando vas de viaje a adquirir una pieza muy codiciada por ti...Claro que ella no es una antigüedad...eso espero!!! – comenzó a reír.

- Tiene la voz joven..además...hace mucho tiempo que no visito España. Algunas de mis piezas más preciadas las adquirí allí. Recuerda aquella vasija de cerámica tan increíble que nada más presentarla en la subasta adquirió muchísimo interés y se vendió a tan buen precio – tomo un sorbo de su café y continuó – sólo aquella pintura de Murillo le hizo sombra sino hubiera sido la adquisición de mayor importe.

- Por favor Raúl – contestó arrastrando la r– se que aprovecharás bien tu viaje en cuestión de negocios, siempre lo haces, pero también se lo que veo, y sinceramente, me parece que hacía tiempo no había visto tanto interés por tu parte en una persona que ni siquiera conoces...pero me parece fantastic??!! – cogió su té y después de tomar un sorbo continuó – espero me lo cuentes todo a tu vuelta...cuando te vas?

- Eres imposible – contesto Raúl con una risa entre dientes – no lo se ya te digo que tengo que ver mi agenda, pero supongo que a final de mes podría ser posible.

De repente sonó su móvil y sacándolo del bolsillo de su chaqueta contestó:

- Dígame.

- Señor Sanders?

- Si...soy yo... - sintió como la piel se le erizaba y evitó la mirada de su amigo que lo escudriñaba desde el otro lado de la mesa.

- Soy Gabriela...recuerda? de España..para lo del piano...que...

- Si, si le recuerdo.

- Bien, quería usted un número de fax para mandarme la documentación y la dirección donde tiene que enviarlo no?

- Si claro dígame el número de fax y la dirección por favor – mientras escribía notó como tenía clavados los ojos de su amigo y sabía que al colgar iba a acribillarle a preguntas con segundas intenciones – de acuerdo gracias. De todas formas quería comentarle sobre el traslado del piano algunas cuestiones...¿le importa que le llame más tarde?..de acuerdo... hasta luego entonces...

Antuan lo miraba inquisidoramente y sonriendo le dijo:

- Esto va a ser emocionante!!

- Ah!! cállate ya!!! – y dándole un bocado a un croissant miró por la ventana hacia el exterior donde la actividad laboral del nuevo día comenzaba a ser más bulliciosa...