viernes, 25 de marzo de 2011

El piano - Capítulo XI "Recuerdos de adolescencia"



Conduciendo de regreso a casa, comencé a recordar aquella vez en la que tomé la decisión de decirle a mi padre que quería dejar las clases de piano. Por aquel entonces tenía 14 años y era fan de un grupo de chicos que más que cantar, gritaban, por lo que tocar música clásica era para mí, según entendía entonces, todo lo contrario a lo moderno y “a la moda”. Claro que entonces no me daba cuenta de lo que yo misma disfrutaba tocando el piano y como adoraba a los clásicos.

Mi padre se enfureció y gritó tachándome de desagradecida. Nunca antes me había hablado de esa forma, por lo que me di cuenta de la importancia que tenía para él que siguiera con mis clases de piano. Lloré muchísimo, más por haber disgustado a mi padre, que por el hecho en sí de tener que seguir tocando. Mi madre, como siempre conciliadora, me tomó de la mano y me llevó al salón donde teníamos un viejo piano que un vecino ya mayor, nos había dejado para que yo pudiese practicar en casa. Sacó un pañuelo, enjugó mis lágrimas y sonriéndome me dijo:

- Elige tu favorita, la que más te guste y tócala... Luego te haré una pregunta.

Algo confusa y sin poder decir nada por el nudo que aún estaba en mi garganta, asentí con la cabeza y coloqué mis manos sobre el teclado. Mis dedos comenzaron a moverse fluyendo las notas que serenaron mi cuerpo. Cerré los ojos, no me hacía falta tenerlos abiertos para tocar aquella pieza. Entonces sonreí y, al abrir los ojos de nuevo, me encontré con la mirada de mi madre que a su vez también me sonreía. Puso una mano en mi hombro y ya no hizo falta que me hiciera ninguna pregunta puesto que sabía la respuesta...

- Sí mamá...adoro tocar el piano...

Al llegar a casa lo primero que hice fue dirigirme hacia el dormitorio de mis padres. La última vez que entré, fue para dejar una bolsa de plástico negra encima de la cama e inmediatamente salir sin tan siquiera mirar en su interior...

Abrí la puerta intentando tener el pulso lo más firme posible aunque me dí cuenta que mi mano temblaba. Junté las dos manos y respiré profundamente antes de dar un paso al interior de la habitación. Como las ventanas estaban cerradas y las persianas echadas, solo podía distinguir la silueta de los muebles, aun así, numerosos recuerdos se agolparon en mi cabeza como si se metieran todos de una vez dentro de una coctelera y estuviera a punto de pulsar el botón de encendido para salir corriendo y destrozarlos con las cuchillas de la ignorancia.

Encima de la cama, distinguí lo que había venido a buscar. Di unos pasos más, era como si estuviera midiendo la distancia, no más de la necesaria, para alargar mi brazo y poder coger aquella bolsa. Eso hice, la agarré con fuerza para acercarla a mi pecho mientras sentía como si un peso arqueara mi espalda. Giré sobre mis talones y como un autómata, recorrí el poco espacio que me distaba del pasillo cerrando la puerta con un portazo que me pareció de lo más doliente. No sé porque lo hice pero me volví y, sosteniendo la bolsa con una mano, coloqué la otra sobre la puerta y susurré “lo siento”.

Música: Chilhood -Yann Tiersen

10 comentarios:

  1. Coñoñ que hay en la bolsa, creo que me he perdido, bufff que torpe soy
    Muy bueno el tema!!!

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  2. ayss, los padres, qué rajatablescos son a veces. menos mal que están las madres al quite, para capear el temporal. bien por esta chica valiente que decidió perseguir sus sueños! me ha gustado la incorporación musical al relato, perfecta para meterse en el capítulo.

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  3. Ando perdida con esto del piano..ya ubique un par de personajes, pero en cuanto me de un tiempito me leo los capitulos anteriores..

    buen fin de semana!
    besos

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  4. Geniales estos recuerdos de adolescencia con ese padre enfurruñado y esa madre conciliadora. Veremos.

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  5. Bso y todo! Me gusta, le queda bien al relato...a ver cómo sigue...

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  6. Así son los padres...Que grande Yann Tiersen, la banda sonora de amelie es genial

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  7. POr aquí ando, entre tus cosas... Leyéndote, que me encanta.

    Saludos y un abrazo.

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  8. Bonita estrategia la de hacerle tocar su canción favorita. Y es que algunos padres se las saben todas.

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  9. Aun queda mucho por descubrir...tened paciencia y gracias a todos por seguir los capítulos ^^

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